lunes, 13 de enero de 2014

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

¿Es que Cristo está dividido?

Del 18 al 25 de enero se celebra todos los años la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Son unas fechas muy oportunas para reflexionar sobre el grado de unión que las Iglesias ya han alcanzado. Y para orar todos para llegar a la plena unidad que Cristo quiere. Se han dado ya pasos muy importantes hacia la unión, pero existen todavía serias dificultades para llegar a la unidad plena.

El lema de este año para la “Semana” es el siguiente: ¿Es que Cristo está dividido? Está tomado de la 1ª Carta de San Pablo a los Corintios (1,1-17). A San Pablo le han informado los cristianos de Cloe que los corintios andan divididos: que andan diciendo: “yo pertenezco a Pablo, yo a Apolo, yo a Pedro, yo a Cristo”. Entonces es cuando Pablo les dice: “Pero bueno, ¿es que Cristo está dividido?”.
Pablo les dirige duras palabras a los corintios por la forma en que han distorsionado el Evangelio cristiano y han roto la unidad de la comunidad. No podemos invocar el nombre de Cristo para levantar muros a nuestro alrededor, porque su nombre crea comunión y unidad, no divisiones.

En este estado de división les llega la llamada de Pablo a unirse, “a recuperar la armonía pensando y sintiendo lo mismo”. Les exhorta a “desterrar cuanto signifique división”.

Esta llamada del apóstol Pablo a los corintios nos va dirigida también a todos los cristianos de hoy. Debemos comenzar por reconocer las bendiciones y los dones que Dios nos ha otorgado a todos. Debemos tratarnos con dignidad y respeto los unos a los otros. Los cristianos de las diversas Iglesias o Confesiones cristianas no católicas hoy ya no son considerados “cismáticos y herejes”. Ni siquiera como “hermanos separados”. Han comenzado a ser designados como los “otros cristianos” o los “otros bautizados”.
Este reconocimiento nos llama a la confesión y al arrepentimiento de los pecados que han llevado a las divisiones. Y ha despertado en nuestras conciencias el deber y la necesidad de seguir trabajando y orando para llegar a la unidad plena, en el tiempo y por los medios que Cristo quiere. Dios nos ha bendecido a todos con un mismo Bautismo. Y Cristo ha adorado al Padre “para que todos sean uno, como nosotros”, “para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jo 17,11.22).

Emilio Fernández Alonso 

Delegado Diocesano de Ecumenismo





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