El Palacio Escondido. Gaudí para tocar y sentir.
El
sábado 9 de noviembre en el Palacio Episcopal de Astorga, dentro del proyecto
el Palacio Escondido puesto en marcha por el Obispado de Astorga y la Consejería
de Cultura de la Junta de Castilla y León, se realizó una experiencia piloto
muy especial: una visita singular a un grupo de personas deficientes visuales
para que notaran y sintieran el Palacio y la genialidad de su creador
Antonio Gaudí.
Fue un
numeroso grupo de invidentes de la vecina Asturias el que pudo disfrutar de las
explicaciones de la guía tocando el frío Zinc de los ángeles del jardín,
destinados por Gaudí para rematar las cubiertas del palacio, y la rugosidad del
granito con el que fue construido el edificio. Ya en el interior, pudieron oír
su historia a través del audiovisual y tocar con sus manos una maqueta que les
permitió percibir las formas arquitectónicas y reconocer su distribución:
entrada, ábside, cubiertas…
Bajaron
al sótano para percibir las sensaciones de este espacio y tocar sus columnas de
tosca piedra - apenas trabajada, bajas y de considerable diámetro - para
subir más tarde a la planta noble donde las pudieron comparar con
las más gráciles y pulidas de la capilla. Apreciaron las sensaciones que, en
contraste con el sótano, fueron concebidas por Gaudí como una ascensión física
y espiritual, materializada en salas con decoración más noble, más amplias y
altas y con la mejor orientación según sus usos. Pudieron “ver” con sus manos
la diferencia entre la cerámica vidriada de las salas principales y la sin
vidriar de las zonas privadas, percibir el calor de los ventanales del comedor
y el recogimiento de la capilla.
Excepcionalmente
además, se puso a su disposición la posibilidad de rozar y sentir con sus
manos el arte de algunas piezas del museo para reconocer la maestría de sus
autores.
Para
todo ello se ha contado con la colaboración de la ONCE de León que proporcionó
documentos traducidos al Braille de la guía del palacio.
En
definitiva se intentó mostrarles cómo también para ellos se puede poner a su
disposición y disfrute el patrimonio. La experiencia quedaría resumida en la
frase de uno de nuestros queridos visitantes que tras tocar a la salida una vez
más la maqueta del edificio, recorriéndola con sus manos comentó en voz alta:
“realmente era un genio”.
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